En estos tiempos de culto a las prisas y los productos de usar y tirar, la cultura gastronómica de la llamada «comida rápida» ha conseguido que el paladar y la salud de la población se resientan. Pero aún estamos a tiempo de recuperar los sabores de antaño, el mimo y la paciencia con los que se cocinaba cuando la comida era un regalo y no una necesidad inmediata.
Este libro puede convertir el hogar en una quesería en la que fabricar artesanalmente mantequilla, yogur casero, cuajada o requesón. Del mismo modo, podemos transformar la cocina en todo un obrador de pan tierno, una pequeña fábrica de panes, bizcochos y masas para pizzas, quiches, hojaldres… Por si esto fuera poco, podremos aprender a trabajar una despensa dulce, donde envasar deliciosas mermeladas, confituras, jaleas, frutas en almíbar o confitadas. Y por último, aprender a conservar alimentos como las especias, las setas, a hacer conservas y encurtidos, e incluso a preparar vinos y licores de manera natural.
Iniciemos nuestro particular retorno a la naturaleza y recuperemos los sabores y el buen hacer de la cocina hecha en casa, la que verdaderamente jamás tendrá ni conservantes ni colorantes.
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Descripción
En estos tiempos de culto a las prisas y los productos de usar y tirar, la cultura gastronómica de la llamada «comida rápida» ha conseguido que el paladar y la salud de la población se resientan. Pero aún estamos a tiempo de recuperar los sabores de antaño, el mimo y la paciencia con los que se cocinaba cuando la comida era un regalo y no una necesidad inmediata.
Este libro puede convertir el hogar en una quesería en la que fabricar artesanalmente mantequilla, yogur casero, cuajada o requesón. Del mismo modo, podemos transformar la cocina en todo un obrador de pan tierno, una pequeña fábrica de panes, bizcochos y masas para pizzas, quiches, hojaldres… Por si esto fuera poco, podremos aprender a trabajar una despensa dulce, donde envasar deliciosas mermeladas, confituras, jaleas, frutas en almíbar o confitadas. Y por último, aprender a conservar alimentos como las especias, las setas, a hacer conservas y encurtidos, e incluso a preparar vinos y licores de manera natural.
Iniciemos nuestro particular retorno a la naturaleza y recuperemos los sabores y el buen hacer de la cocina hecha en casa, la que verdaderamente jamás tendrá ni conservantes ni colorantes.
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